sábado, 15 de diciembre de 2012

El Invierno es Crudo...




TEMPERATURAS EN EL CUERPO HUMANO
 Nuestro cuerpo tiene dos envolturas; la externa nos aísla del ambiente que nos rodea, se llama piel, y la interna, que cubre las cavidades interiores de nuestro organismo, se denomina mucosa. La salud, depende del equilibrio térmico sobre piel y mucosa.
El hombre tiene en su sangre un calor de 37 grados centígrados en estado de salud. La circulación sanguínea, resulta de la actividad nerviosa, determina en el cuerpo su temperatura. Ésta será normal circulando la sangre uniformemente en él. Toda alternación circulatoria del fluido vital origina y mantiene en el organismo congestiones y anemias con alteraciones de equilibrio térmico.

Como lo revela el iris de los ojos, mientrasm más acentuada es la congestión en las entrañas del cuerpo, más deficiente es también la circulación térmico que caracteriza el estado de alteración variable de la salud humana, cualesquiera que sean sus síntomas o manifestaciones.
Toda enfermedad siempre constituye desequilibrio térmico en grado variable, con alza de la temperatura interna del cuerpo por congestión de sus entrañas, y debilitamiento del calor de us piel y extremidades por deficiente riego sanguíneo. Este desequilibrio de las temperaturas origina trastornos variables en funciones orgánicas porque los órganos congestionados trabajan mal por plétora de sangre y también los órganismos por desequilibrio térmico, ella siempre está caracterizada por fiebre, de aquí que no existe enfermo sin fiebre o calentura.


En las afecciones agudas, la fiebre o calentura, cuyo origen siempre está en el interior del vientre, se propaga a todo el organismo, manifestando reacción saludable de las defensas naturales, que preocupan la purificación orgánica.
La fiebre interna, que no sale a la superficie del cuerpo, es característica de todo enfermo crónico, y ella revela insuficiente defensa del organismo, siendo causa de desnutrición e intoxicación porque favorece las putrefacciones intestinales.
Mientras la fiebre que sale a la supervicie del cuerpo manifiesta reaccion slavadora, la fiebre interna que enfría la piel y extremidades, denuncia deficiente actividad orgánica, vale decir, debilitamiento de la energía vital del sujeto.
 

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